viernes, 4 de marzo de 2016

Las mariposas saben lo que significa Carpe Diem.

Dedicado a El club de los poetas Muertos, no es solo una película, es una idea:

Da igual que mil mariposas negras revoloteen por tu cabeza diariamente, ¿qué importa si esos gusanos de estrés te estén royendo el cerebro? Vive. Tienes a mano un folio, ¿por qué no te pones a dibujar cosas sin sentido? No puedes tener miedo de la vida. ¿Has encontrado rotuladores? Perfecto, pinta tu dibujo, llena los bordes de esos colores que te gustan tanto. Desparrama tinta sobre los rayajos que cubren uno de esos dibujos que piensas que te ha salido mal. No tengas miedo de mancharte. Un segundo, no has terminado, ¿qué es ese trozo de papel que te has dejado en blanco? Ah, lo has dejado así adrede, bueno si te gusta está bien. Está genial. No te prives de hacer lo que quieres. ¿Has visto tu folio? ¿Qué te parece? ¿No es como si un cacho de tu cerebro estuviese ahí pegado? No, no hay demasiado negro, ni sobra ningún tachón. Deja de tenerle miedo a tu forma de hacer las cosas, ¿has visto la hora? Venga, corre, que vas a llegar tarde. Se te escapa una de las mariposas de tu cabeza, un segundo, ¿eso de sus alas son colores? ¿Cómo es posible? ¡Ya no está teñida de negro! Escucha, atiende, hoy ha pasado algo maravilloso, poco a poco estás aprendiendo a vivir... ¡¿Qué digo?! ¡No se aprende a vivir! Simplemente se vive. La poesía es como la vida, y la vida es como la poesía. No se aprende, la vida no se calcula, porque es incalculable, ¡lo mismo con la poesía! ¿No te ocurre que te hierve la sangre cuando comentan que un poeta fue mejor que otro solo habiendo leído sus versos, solo porque es más conocido o por haber vendido más obras? ¡Dejad de medir la poesía, filólogos sabelotodos! Si sois los más capacitados para calcular la genialidad de un poema, adelante, atreveos a calcular el valor de la vida. ¡Porque la poesía es vida! ¡Vivid más y pensad menos que no hay tiempo para eso! ¡Olvídate de tus gusanos y vive con tus mariposas, sean negras o de trescientos colores! ¡Invéntate un mote para tus cojines y luego haz con mechones de pelo un cuadro! Deja de ser tan tiquismiquis y no mires tanto la hora que vas a romper el tiempo, y cuando se te rompe el tiempo... Adiós muy buenas. Sé un poco crítico, pero no demasiado, porque las cosas son mejores cuando las ves con lentillas de terciopelo, eso es ¡Aterciopela las cosas! Deja de decir que la imaginación es cosa de drogas y imagina más y mejor, solo necesitas un cerebro. Lee un buen libro, o uno malo, o deja de encajonar los libros en buenos y malos y mételos contigo en la bañera. Flota igual El Quijote que un taco de folios donde has dibujado tus pensamientos durante un par de años, ¿verdad? No juzgues a menos que te hagas juez, y escribe poesía o canta canciones que te acabas de inventar. Actúa en frente del espejo y vive de vez en cuando. Tus pensamientos son lo único libre que tienes, no los desperdicies. Corre muy rápido durante diez segundos y llora todo lo que puedas mientras cojeas por el calambre que te acaba de dar. Grita. Grita todo lo que sepas y vive. Súbete a la azotea y sigue gritando. Vive más. 
¡CARPE DIEM!



domingo, 14 de febrero de 2016

Carnaval para frikis

El Carnaval tiene una historia muy interesante. Desde hace muchos siglos que existe esta festividad, pero como seguramente alguien ya se ha encargado de recopilar toda esta historia, para leerla aquí, resumida (probablemente mal resumida), y sobre todo, aburrida... Prefiero hablar de otras cosillas de Carnaval, en concreto, de los disfraces. Pero de unos disfraces un tanto especiales.

He venido a escribir sobre cosplays. El término cosplay viene de la contracción de las palabras costume (disfraz) y play (jugar) en inglés. Un cosplay es, básicamente, un disfraz de algún personaje de ficción, ya sea de un juego, de una película, de un anime o de un cómic. Con este tipo de disfraces lo que se pretende es "homenajear" de alguna manera al personaje que se representa. "Entonces, si yo en carnaval me pongo una gorra de Súper Mario y un tutú rojo, ¿estoy haciendo cosplay?" Pues sí y no. El concepto de cosplay surge de disfrazarse para hacer actuaciones en un escenario o para posar en sesiones de fotos, aunque actualmente abarca mucho más (como salones y ferias), así que de forma urbana se habla de cosplay como de un disfraz "currado", con sus detalles y esas cosas.


He aquí el ejemplo.


Y, en efecto, la capital del cosplay es (redoble de tambores), ¡Japón! ¿A que no os lo esperabais? Los primeros cosplayers (así se llama a las personas que hacen cosplay) nacieron en los años setenta en los Comic market de Odaiba (Tokio). ¿Nunca habéis escuchado que por las calles de Tokio la gente va disfrazada y esas cosas? Pues bien, no es del todo cierto. Existen algunos barrios, sobre todo dedicados a la moda y venta de merchandising donde sí que hay "gente disfrazada", pero no en todo Tokio. Uno de estos barrios es Harajuku.  Harajuku es una de las zonas más conocidas de Japón, de hecho, existe un estilo (de moda) con ese nombre. Además de gente con todo tipo de ropa de estilos que harían a tu abuelo el católico conservador llevarse las manos a la cabeza, también está llenito de cosplays.

No quería hacer una entrada muy larga sobre este tema porque si no nadie la lee y me parece algo interesante de saber. Con ella quería difundir un poquito de cultura friki, que el saber nunca viene mal (aunque sea un saber de este estilo, quien sabe si algún día os sale una pregunta sobre cosplay en un trivial de estos del móvil). Es un mundo mucho más interesante de lo que pensáis con su inmensa comunidad en redes sociales e incluso artistas que se dedican a confeccionar cosplays increíbles y actuar como lo harían los personajes a los que representan... Vamos, que no es un simple hobbie para algunos.  





viernes, 22 de enero de 2016

Colores nunca vistos, formas sinuosas, paisajes difuminados y hechizos explosivos.

Anti-realidad, Fantasía,  Imaginación y Sueños.
La fantasía no es algo mundano, la Fantasía no se puede tratar así como así, para hablar de Fantasía tienes que querer evadirte un rato de la realidad, no vale hablar de hadas o de árboles que cantan si lo primero que se te ocurre al escuchar cosas fantásticas es "já, já, ¿qué se habrá fumado?". Si nunca has querido sumergirte en océanos de gelatina o quemar una nube dorada, puede que la fantasía no sea tu fuerte.

El área de grandeza de un poema no se puede calcular midiendo su importancia y su perfección y pintándola en una gráfica*... La poesía es fantasía, es imaginación, y por ello, es incalculable, no es algo físico, ni material, ni siquiera es algo real... Esto es solo una comparación para haceros entender que la fantasía escrita, como la poesía, no es ni mayor ni menor, sino la imaginación de una persona (o un conjunto) plasmada en una obra.

Cada persona puede soportar mejor o peor la fantasía, pero no hay nadie que la rechace por completo, muchos de vosotros nunca habéis abierto un libro lleno de palabras extravagantes y de seres con nombres que nunca habíais escuchado, por ejemplo, pero podríais crear una especie de monstruito extraño en vuestra cabeza sin haberlo visto nunca antes, ¿verdad? Es por esto que la fantasía está ligada a la imaginación: sin imaginación, no hay fantasía.

 Hay distintos grados de fantasía, por llamarlo de alguna manera... La forma más superficial de la fantasía está en las películas y la pintura, ya que podemos "verla" y esto significa que para todos va a ser igual y no dejamos que nuestra imaginación mezcle nada ni haga variaciones. El segundo grado de fantasía es la lectura, puesto que las palabras pueden tomar mil formas distintas dentro de nuestra cabeza y crear efectos que no existen para la vista, un buen libro de fantasía profundiza mucho más en nosotros y nos da más libertad que cualquier película o cualquier cuadro. Y por último, la forma más íntima de fantasía es la propia imaginación, solo nuestra cabeza y cualquier cosa que pase por ella. En un libro se puede describir, por ejemplo, un helado tibio, con textura de agua y sabor a atmósfera, pero el que ha descrito ese helado nunca va a tener las palabras suficientes para explicar exactamente como es, por eso mismo, porque las palabras son una limitación, la propia imaginación es el tercer grado de fantasía, es la forma perfecta de fantasía, con libertad absoluta. El único problema, o la suerte de esto es que es una fantasía intrasmisible y nunca podremos explicar a nadie de manera exacta nuestra propia imaginación.

Entonces, ¿qué pasaría si dejase de existir la fantasía, la imaginación o dejáramos de tener sueños? Puede que algún día dejemos de soñar y queráis que no, ya no imagináis como lo hacíais antes. En cuanto a los sueños o deseos o como queráis llamarlo, bueno seguro que más de uno ha tenido siempre algo que quisiese hacer o una forma de vida que deseara llevar y por supuesto, más de uno ha desechado todos esos sueños, entonces:
"Un sueño no puede convertirse en nada una vez que se ha soñado. Pero cuando el hombre que lo ha soñado no lo guarda... ¿a dónde va a parar? Viene aquí, con nosotros, a Fantasia, ahí abajo, a las entrañas de nuestra tierra. Allí yacen los sueños olvidados en capas finas, finísimas, uno sobre otro. Fantasia entera se asienta sobre unos cimientos de sueños olvidados."(La historia interminable).
Si bien es cierto que no se suelen recuperar estos sueños perdidos, según La alargada sombra del amor (que es lo menos parecido a una novela romántica, os lo aseguro) ¡podemos pegar nuestros sueños rotos! Y a veces, hasta un sueño roto bien pegado, puede ser incluso más maravilloso que del que nació.
Lo que quiero decir con todo esto, es que no te preocupes si algún día pierdes la ilusión en algo, o si ya la has perdido en todo, porque puedes crear cosas maravillosas a partir de lo que antes desechabas, pero ten cuidado, porque la imaginación en este mundo escasea, apenas ya ni se crean sueños que se puedan romper, y los que se crean, son bastante quebradizos, aprovecha ahora e imagina esos colores nunca vistos, formas sinuosas, paisajes difuminados y hechizos explosivos.

*Hace referencia a la película El Club de los Poetas Muertos. 

lunes, 4 de enero de 2016

Dos días del mes de wow perdidos

Bueno, realmente no fueron dos días enteros, sino cuarenta y cinco horas, y menudas cuarenta y cinco horas... Mi intrépida aventura (con el "intrépida" más irónico que os podáis imaginar) sin ordenador, ni consolas, ni tablet, ni nada que no fuera llamar con el móvil comenzó el día 29 por la tarde.

 Estaba tranquila sentada al ordenador y me empecé a encontrar mal, pensando que sería de estar mucho tiempo frente a la pantalla me levanté y decidí echarme un rato en la cama. La verdad es que estaba bastante mareada y cada vez me sentía peor, me costaba estar levantada o hacer cosas que requirieran esfuerzo así que, bueno, me tumbé. Poco después, a la hora  de cenar fui a ver si lo que me pasaba era falta de azúcar o algo así pero al ver la comida me entraron náuseas. Me fui a la cama, me metí con el móvil a twitter a las 21:00 y decidí que sería un buen momento para empezar el proyecto este de no tocar la tecnología en dos días. Después de unas horas de vómito-cama-vómito-cama-vómito-cama creo que me pude dormir y se hizo de día. Un intenso día de cama, sofá y acuarius, el día más aburrido de mi vida, estoy segura. Lo único que me entretuvo un poco fue ver Neox de cinco a ocho de la tarde. No podía leer porque me mareaba y no había otra cosa mejor que hacer así que... Al final me metí en la cama otra vez y a seguir durmiendo. Al día siguiente, treinta y uno me levanté un poco enferma todavía pero no lo suficiente como para fastidiarme la nochevieja. Mi intención era no tocar aparatos electrónicos hasta las nueve que era la última vez que había tocado el móvil pero a falta de organizar las cosas de nochevieja encendí mi móvil y me metí en whatsapp... Una pena, porque eran ya las seis y solo me faltaban tres horitas para completar los dos días.

En conclusión, de esta experiencia me llevo que no ha sido nada del otro mundo pero por otra parte... Nadie me va a devolver mis dos días del mes pagado de World of Warcraft así que no creo que vuelva a hacer algo parecido en un tiempo. 

sábado, 26 de diciembre de 2015

Nochebuena y derivados

Al pensar en "Navidad", podemos reflexionar sobre una amplia variedad de subtemas. La gran mayoría acabarán tratando esta pobre fiesta como algo horrible donde se consume demasiado y que ha sido inventada por las grandes multinacionales para sacar provecho. Dejando de lado lo de acuerdo  que estoy con eso, hoy no reflexionaré a cerca de lo malo de la Navidad. Tampoco me gustaría llenar con un par de cientos de palabras temas como la lotería de navidad, que como todos sabemos, es algo súper útil y completamente necesario en la vida de los españoles, ¿qué pasaría si no hubiese lotería? ¡Qué desgraciado sería el país! Habría gente que no se gastaría dinero inútilmente ni peleas entre familiares por boletos ganadores, ¡qué horror!

Mi intención era convertir esta reflexión en un pequeño manual para sobrevivir a las cenas de Navidad sin ningún percance, para aguantar lo que te caerá e intentar pasártelo lo mejor posible.
Todo es precioso, blanco, la nieve... Tan navideño (salvo que estés en La Vila que no nieva nunca). En ciudades más importantes de por aquí como Benidorm o Alicante han puesto pistas de patinaje sobre hielo y hay Papás Noeles por la calle, los centros comerciales se decoran con muñecos gigantes de temática navideña que dan miedo y todo el mundo ha puesto árbol de navidad o luces en su salón (salvo en mi casa porque somos unos vagos). Es una época para estar con esa familia a la que ves una vez al año, y ahí es donde hacen su gran aparición estos consejos:

 Para aquellos que se van unos días fuera, al pueblo o a la ciudad de donde es toda su familia: Llevaos auriculares y un móvil cargado de música porque lo vais a necesitar. Las X horas que te pases en el coche de camino se hacen más amenas si a)Te duermes o b)Escuchas música. Si eres de esas personas que se pueden dormir en un coche, te envidio muchísimo, aprovecha tu don. Si es al contrario, más te vale pasarte la noche anterior a tu viaje descargando canciones. En el caso de tener alguna consola portátil, ya estás tardando en meterla en tu mochila o bolso o lo que sea que vayas a llevar a los pies durante el viaje.

Es el momento de esa maravillosa cena de nochebuena. ¿Estás preparado para escuchar lo mucho que has crecido? (en mi caso, lo mucho que ha crecido mi hermano) Si no lo estás, más te vale salir ahora mismo de (probablemente) la casa de tus abuelos.

Después de muchas cenas familiares, he recopilado algunas de las contestaciones más comunes a las preguntas más comunes que nos hacen, por consiguiente, he aquí el top ten de respuestas comodines que repetirás a lo largo de tu noche del veinticuatro: "Sí, las notas bien, gracias", "No, no tengo novio/a", "Si no he crecido nada desde el año pasado", "No he cambiado tanto ja, ja", "No puedo comer más, en serio", "No soy tan mayor ja, ja", "No, todavía no sé que voy a estudiar", "Me encanta el turrón pero ya no puedo más", "No, ya no hago (deporte o actividad que no practicas desde hace cuatro años), es una pena, sí", "No me paso todo el día con las maquinitas esas..."  Aunque a todos nos hacen preguntas  diferentes, muchas de las cosas que nos dicen se pueden contestar con monosílabos, una risa forzada o cualquiera de estas respuestas.  Y como todos los años, este también vas a cenar en la mesa de los niños, pero tranquilo, que como ya eres "muy mayor", tu papel este año es "controlarlos", buena suerte. 

Familia perfectamente falsa y feliz
celebrando la nochebuena. 
En conclusión, como ya sabes, la cena de Navidad está llena de gente falsa, que hace preguntas cuyas respuestas no les interesan lo más mínimo, que cuentan anécdotas de las que todo el mundo se ríe aunque no tengan ni pizca de gracia y hablan de cosas sin importancia para nadie, aparentando que todos están muy contentos de que el primo de un vecino de tu tía haya ganado la medalla de bronce en las nacionales de balonmano. Por ello, invito a, si no lo haces ya,  ser la persona más falsa de las reunidas allí o a sentarte en el sofá a jugar a algo o leer algo e ignorarlos a todos. Ánimo.


sábado, 28 de noviembre de 2015

La Celestina

Todo el mundo conoce este título, ya sea por haberlo escuchado o por haber tenido que leer la obra en algún momento de su vida, La Celestina es cultura popular, habría que vivir debajo de una roca para no tener constancia de que existe tal obra. Y es que, ¿por qué es tan importante este medio drama-medio novela?

Quizás ahora no nos parezca nada del otro mundo, salvo por su extenso y pedante vocabulario, o enriquecida variedad lingüística. De cualquier forma, La Celestina es algo más que un cúmulo de palabras ilegibles, esta tragicomedia marca un antes y un después en la manera de escribir. Por un lado, en la obra apenas aparecen menciones religiosas,  no solo eso, sino que además, en la imagen de los personajes, sobre todo en Calisto, se puede apreciar un "rechazo" a la religión cristiana... Por ejemplo, cuando Sempronio duda de su devoción y como respuesta obtiene: "Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo", dejando así claro que él no cree en ningún Dios, que lo único que le importa es Melibea. Y así, a lo largo de toda la obra, ciertas secciones demuestran la falta de fe de Calisto, como varias conversaciones de Sempronio con otros personajes.

Otra de las innovaciones de Fernando de Rojas (y nuestro anónimo del primer acto), es la parodia al amor cortés y es que, al contrario que dicha tendencia, el enamorado ni es un trovador que sirve a la dama, ni la dama tiene mucha intención de conservar su honra, ya que a la mínima ansia ver a Calisto y entregarse a él. Entre romance y pasión de los ricos, hay unos personajes merecedores del título de protagonistas. Me refiero a los criados Pármeno y Sempronio, a las prostitutas Elicia y Arúsa, y por supuesto a la que da nombre a la obra: Celestina. Dichos personajes, aunque son de clase baja, intervienen en la obra mucho más que los personajes más nobles. Por ejemplo, mientras que la muerte de Calisto es debida a su torpeza, la muerte de Celestina es más intensa e influyente en la obra: que esta ocurra desencadena la muerte de los demás personajes. Por estas razones, La Celestina será la primera obra donde el pueblo llano toma las riendas y los nobles no serán  los personajes más esenciales. Pero no solo eso, se ve que el autor, al darse cuenta de todo lo nuevo que había metido en la obra, se dijo, "ya que estoy, meto brujería también", ya que había blasfemado a lo largo de la tragicomedia con la falta o burla a lo religioso, ¿qué más daría darle a la Celestina el oficio de hechicera, además de todos los otros tantos de baja reputación que tenía? Además, el hecho de haber brujería interfiere en la consecución de los hechos, y nos hace preguntarnos si Melibea realmente se enamoró de Calisto, aún con las precauciones de Lucrecia, criada suya, o fue un conjuro lo que hizo que cambiase la opinión de esta dama respecto a él.

Una vez leído el libro, te das cuenta de que recibió el nombre de "tragicomedia" por alguna razón. En todo momento el humor está presente en los diálogos, eso sí, un humor de la época, complejo y, por supuesto, utilizando expresiones que jamás hubiésemos imaginado que existirían, por lo que para nosotros, alumnos, más que riéndonos, acabábamos de leer el párrafo con un "¿Eing?". En cuanto a la "tragedia", no se puede negar que no exista, puesto que una vez terminada la obra, hay más personajes con la cabeza abierta que los que continúan con todos los órganos en su sitio.

En la obra hay un hecho que la divide en dos mitades, este es la muerte de Celestina a manos de los criados, en concreto, por la daga de Sempronio. A la mañana siguiente de morir Celestina y con ella Pármeno y Sempronio ajusticiados aparecen tres nuevos personajes, Tristán y Sosia que sustituirán a los criados de Calisto y Centurio, creado para vengar la muerte de Celestina,(venganza que acaba sin ejecutar)  bajo órdenes de Areúsa, a quien ama.  

La muerte de Celestina desencadena la muerte de los criados, que a su vez provocan, indirectamente la muerte de su amo, puesto que sus sustitutos, son más fieles, sí, pero también más torpes que estos y a la hora de sujetarle la escalera a Calisto, Tristán y Sosia se distraen y no logran evitar el desdichado final de su amo. Con la muerte de Calisto se produce el suicidio de Melibea, y a causa de esto, la obra finaliza con un acto compuesto por un (interminable) monólogo de Pleberio donde llora la muerte de su hija.

Como conclusión he de decir que la dificultad de esta lectura me ha llevado varias veces a preguntarme si vale la pena continuar leyendo pero siempre me acababa repitiendo que el saber no es gratis y para ser "un poquito más culto" hay que hacer algunas cosas, aunque cuesten un poco y al final, acabas disfrutando hasta algo que al principio habías dado por hecho que odiarías.  
"Alegre es la fuente clara
o quien con gran sed la vea;
mas muy más dulce es la cara
de Calisto y Melibea.
[...]
Melibea con su amado.
Nunca fue más deseado
amado de su amiga
ni noche más sin fatiga,
ni huerto más visitado."*
*Versos cantados por Lucrecia a Melibea poco antes del desdichado final de Calisto.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Carta de un fantasma

Ojeó dentro del sobre en busca de más hojas o de algún pedazo de papel que negara todo lo que acababa de leer. Simplemente no era capaz de creer que una persona hubiese dedicado toda su vida a él. Entonces la recordó. Recordó a la niña que vivía en frente, y a la joven que estuvo mirando su ventana desde la calle y a la mujer que había confundido con una prostituta. Y las relacionó. Era como si ahora todo encajase, ahora todas le parecían idénticas, cuando en su momento, ni se había percatado del parecido.

De repente pensó en las flores. Esa misma mañana acababa de recibir un ramo de rosas blancas, esas rosas que tanto le gustaban, ahora sabía quién las había mandado siempre. "¿Entonces? ¿Seguirá viva?", fue en lo único que pudo pensar. Y así, día tras día, la idea de que siguiera viva empezó a atormentarle. La buscó. Recorrió todas las calles de la ciudad buscándola , viajó hasta donde debía vivir su madre si no había muerto todavía, pero no la encontró.

Un año exacto después recibió otra carta, de remitente anónimo. No era un sobre grueso como la última vez. En realidad, solo contenía una tarjetita blanca que decía: "No me busques, ya estoy muerta". No recibió rosas ese año. Ni al siguiente.

En dos años, había incubado una obsesión por la mujer de las rosas blancas. No volvió a salir con ninguna mujer, pasaba días sin salir de casa y a penas comía, se alimentaba de leer la carta. Los pocos amigos que aún le quedaban no hacían más que preguntarle cual era la causa de su estado y él siempre contestaba con respuestas vagas o monosílabos.

No era capaz de creer que la mujer de su vida estaba muerta. Él sabía que se encontraba en algún lugar del mundo y que la acabaría encontrando. Tenía una fe ciega en que aparecería un día debajo de su ventana, que podría verla y decirle todo el tiempo que había pasado pensando en ella, todas las horas que había estado inmerso en la lectura de su carta. Quería recitársela completa, para demostrar lo mucho que la quería.

Entonces, seis años más tarde, enfermó. Las noches en vela y los días sin comer y sin salir le pasaron factura. Nadie del mundo exterior era ya consciente de lo que le ocurría al escritor, el único que le acompañó en su lecho de muerte fue su mayordomo, a quien mandó escribir una carta que él dictaría. Decía así: 

"Nunca te he reconocido y nunca se ha podido alguien arrepentir tanto de algo. Te he echado tanto de menos aunque apenas hayamos cruzado un par de palabras y un par de noches hace tanto tiempo... Desde que leí tu carta no pude parar de buscarte, pasé meses enteros recorriendo el mundo para encontrarte, gasté todo lo que tenía en tu búsqueda, pero no te encontré. Pasé años encerrado leyendo tu carta una y otra vez, impregnándome de ti. Sé que estás viva en algún lugar pero me temo que ya no podremos volver a encontrarnos. Solo deseo que esta carta llegue a ti algún día. Nunca he querido tanto a alguien como quiero a la mujer que me enviaba rosas blancas por mi cumpleaños, nunca he querido tanto a alguien como te quiero a ti".

Cuando terminó de dictar la carta, las lágrimas empezaron a nublar sus ojos, las convulsiones hacían temblar la cama en la que moriría a la mañana siguiente.


Nadie recibió nunca su carta y su desconocida nunca supo que su amor por fin había sido correspondido. 

Light Pink Pointer