Bueno, realmente no fueron dos días enteros, sino cuarenta y
cinco horas, y menudas cuarenta y cinco horas... Mi intrépida aventura (con el
"intrépida" más irónico que os podáis imaginar) sin ordenador, ni
consolas, ni tablet, ni nada que no fuera llamar con el móvil comenzó el día 29
por la tarde.
Estaba tranquila
sentada al ordenador y me empecé a encontrar mal, pensando que sería de estar
mucho tiempo frente a la pantalla me levanté y decidí echarme un rato en la
cama. La verdad es que estaba bastante mareada y cada vez me sentía peor, me
costaba estar levantada o hacer cosas que requirieran esfuerzo así que, bueno,
me tumbé. Poco después, a la hora de
cenar fui a ver si lo que me pasaba era falta de azúcar o algo así pero al ver
la comida me entraron náuseas. Me fui a la cama, me metí con el móvil a twitter
a las 21:00 y decidí que sería un buen momento para empezar el proyecto este de
no tocar la tecnología en dos días. Después de unas horas de
vómito-cama-vómito-cama-vómito-cama creo que me pude dormir y se hizo de día.
Un intenso día de cama, sofá y acuarius, el día más aburrido de mi vida, estoy segura.
Lo único que me entretuvo un poco fue ver Neox de cinco a ocho de la tarde. No
podía leer porque me mareaba y no había otra cosa mejor que hacer así que... Al
final me metí en la cama otra vez y a seguir durmiendo. Al día siguiente, treinta
y uno me levanté un poco enferma todavía pero no lo suficiente como para fastidiarme
la nochevieja. Mi intención era no tocar aparatos electrónicos hasta las nueve
que era la última vez que había tocado el móvil pero a falta de organizar las
cosas de nochevieja encendí mi móvil y me metí en whatsapp... Una pena, porque
eran ya las seis y solo me faltaban tres horitas para completar los dos días.
En conclusión, de esta experiencia me llevo que no ha sido
nada del otro mundo pero por otra parte... Nadie me va a devolver mis dos días
del mes pagado de World of Warcraft así que no creo que vuelva a hacer algo
parecido en un tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario