viernes, 22 de enero de 2016

Colores nunca vistos, formas sinuosas, paisajes difuminados y hechizos explosivos.

Anti-realidad, Fantasía,  Imaginación y Sueños.
La fantasía no es algo mundano, la Fantasía no se puede tratar así como así, para hablar de Fantasía tienes que querer evadirte un rato de la realidad, no vale hablar de hadas o de árboles que cantan si lo primero que se te ocurre al escuchar cosas fantásticas es "já, já, ¿qué se habrá fumado?". Si nunca has querido sumergirte en océanos de gelatina o quemar una nube dorada, puede que la fantasía no sea tu fuerte.

El área de grandeza de un poema no se puede calcular midiendo su importancia y su perfección y pintándola en una gráfica*... La poesía es fantasía, es imaginación, y por ello, es incalculable, no es algo físico, ni material, ni siquiera es algo real... Esto es solo una comparación para haceros entender que la fantasía escrita, como la poesía, no es ni mayor ni menor, sino la imaginación de una persona (o un conjunto) plasmada en una obra.

Cada persona puede soportar mejor o peor la fantasía, pero no hay nadie que la rechace por completo, muchos de vosotros nunca habéis abierto un libro lleno de palabras extravagantes y de seres con nombres que nunca habíais escuchado, por ejemplo, pero podríais crear una especie de monstruito extraño en vuestra cabeza sin haberlo visto nunca antes, ¿verdad? Es por esto que la fantasía está ligada a la imaginación: sin imaginación, no hay fantasía.

 Hay distintos grados de fantasía, por llamarlo de alguna manera... La forma más superficial de la fantasía está en las películas y la pintura, ya que podemos "verla" y esto significa que para todos va a ser igual y no dejamos que nuestra imaginación mezcle nada ni haga variaciones. El segundo grado de fantasía es la lectura, puesto que las palabras pueden tomar mil formas distintas dentro de nuestra cabeza y crear efectos que no existen para la vista, un buen libro de fantasía profundiza mucho más en nosotros y nos da más libertad que cualquier película o cualquier cuadro. Y por último, la forma más íntima de fantasía es la propia imaginación, solo nuestra cabeza y cualquier cosa que pase por ella. En un libro se puede describir, por ejemplo, un helado tibio, con textura de agua y sabor a atmósfera, pero el que ha descrito ese helado nunca va a tener las palabras suficientes para explicar exactamente como es, por eso mismo, porque las palabras son una limitación, la propia imaginación es el tercer grado de fantasía, es la forma perfecta de fantasía, con libertad absoluta. El único problema, o la suerte de esto es que es una fantasía intrasmisible y nunca podremos explicar a nadie de manera exacta nuestra propia imaginación.

Entonces, ¿qué pasaría si dejase de existir la fantasía, la imaginación o dejáramos de tener sueños? Puede que algún día dejemos de soñar y queráis que no, ya no imagináis como lo hacíais antes. En cuanto a los sueños o deseos o como queráis llamarlo, bueno seguro que más de uno ha tenido siempre algo que quisiese hacer o una forma de vida que deseara llevar y por supuesto, más de uno ha desechado todos esos sueños, entonces:
"Un sueño no puede convertirse en nada una vez que se ha soñado. Pero cuando el hombre que lo ha soñado no lo guarda... ¿a dónde va a parar? Viene aquí, con nosotros, a Fantasia, ahí abajo, a las entrañas de nuestra tierra. Allí yacen los sueños olvidados en capas finas, finísimas, uno sobre otro. Fantasia entera se asienta sobre unos cimientos de sueños olvidados."(La historia interminable).
Si bien es cierto que no se suelen recuperar estos sueños perdidos, según La alargada sombra del amor (que es lo menos parecido a una novela romántica, os lo aseguro) ¡podemos pegar nuestros sueños rotos! Y a veces, hasta un sueño roto bien pegado, puede ser incluso más maravilloso que del que nació.
Lo que quiero decir con todo esto, es que no te preocupes si algún día pierdes la ilusión en algo, o si ya la has perdido en todo, porque puedes crear cosas maravillosas a partir de lo que antes desechabas, pero ten cuidado, porque la imaginación en este mundo escasea, apenas ya ni se crean sueños que se puedan romper, y los que se crean, son bastante quebradizos, aprovecha ahora e imagina esos colores nunca vistos, formas sinuosas, paisajes difuminados y hechizos explosivos.

*Hace referencia a la película El Club de los Poetas Muertos. 

lunes, 4 de enero de 2016

Dos días del mes de wow perdidos

Bueno, realmente no fueron dos días enteros, sino cuarenta y cinco horas, y menudas cuarenta y cinco horas... Mi intrépida aventura (con el "intrépida" más irónico que os podáis imaginar) sin ordenador, ni consolas, ni tablet, ni nada que no fuera llamar con el móvil comenzó el día 29 por la tarde.

 Estaba tranquila sentada al ordenador y me empecé a encontrar mal, pensando que sería de estar mucho tiempo frente a la pantalla me levanté y decidí echarme un rato en la cama. La verdad es que estaba bastante mareada y cada vez me sentía peor, me costaba estar levantada o hacer cosas que requirieran esfuerzo así que, bueno, me tumbé. Poco después, a la hora  de cenar fui a ver si lo que me pasaba era falta de azúcar o algo así pero al ver la comida me entraron náuseas. Me fui a la cama, me metí con el móvil a twitter a las 21:00 y decidí que sería un buen momento para empezar el proyecto este de no tocar la tecnología en dos días. Después de unas horas de vómito-cama-vómito-cama-vómito-cama creo que me pude dormir y se hizo de día. Un intenso día de cama, sofá y acuarius, el día más aburrido de mi vida, estoy segura. Lo único que me entretuvo un poco fue ver Neox de cinco a ocho de la tarde. No podía leer porque me mareaba y no había otra cosa mejor que hacer así que... Al final me metí en la cama otra vez y a seguir durmiendo. Al día siguiente, treinta y uno me levanté un poco enferma todavía pero no lo suficiente como para fastidiarme la nochevieja. Mi intención era no tocar aparatos electrónicos hasta las nueve que era la última vez que había tocado el móvil pero a falta de organizar las cosas de nochevieja encendí mi móvil y me metí en whatsapp... Una pena, porque eran ya las seis y solo me faltaban tres horitas para completar los dos días.

En conclusión, de esta experiencia me llevo que no ha sido nada del otro mundo pero por otra parte... Nadie me va a devolver mis dos días del mes pagado de World of Warcraft así que no creo que vuelva a hacer algo parecido en un tiempo. 
Light Pink Pointer