El Carnaval tiene una
historia muy interesante. Desde hace muchos siglos que existe esta festividad,
pero como seguramente alguien ya se ha encargado de recopilar toda esta
historia, para leerla aquí, resumida (probablemente mal resumida), y sobre
todo, aburrida... Prefiero hablar de otras cosillas de Carnaval, en concreto,
de los disfraces. Pero de unos disfraces un tanto especiales.
He venido a escribir
sobre cosplays. El término cosplay viene de la contracción de las
palabras costume (disfraz) y play (jugar) en inglés. Un cosplay es, básicamente, un disfraz de
algún personaje de ficción, ya sea de un juego, de una película, de un anime o
de un cómic. Con este tipo de disfraces lo que se pretende es "homenajear"
de alguna manera al personaje que se representa. "Entonces, si yo en
carnaval me pongo una gorra de Súper Mario y un tutú rojo, ¿estoy haciendo cosplay?" Pues sí y no. El
concepto de cosplay surge de
disfrazarse para hacer actuaciones en un escenario o para posar en sesiones de
fotos, aunque actualmente abarca mucho más (como salones y ferias), así que de
forma urbana se habla de cosplay como
de un disfraz "currado", con sus detalles y esas cosas.
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He aquí el ejemplo.
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No quería hacer una
entrada muy larga sobre este tema porque si no nadie la lee y me parece algo
interesante de saber. Con ella quería difundir un poquito de cultura friki, que
el saber nunca viene mal (aunque sea un saber de este estilo, quien sabe si
algún día os sale una pregunta sobre cosplay
en un trivial de estos del móvil). Es un mundo mucho más interesante de lo
que pensáis con su inmensa comunidad en redes sociales e incluso artistas que
se dedican a confeccionar cosplays increíbles
y actuar como lo harían los personajes a los que representan... Vamos, que no
es un simple hobbie para algunos.